Por Juan Carlos Hernández A.

La vida por sí misma es un problema cotidiano que hay que resolver como Dios nos da a entender, sin embargo, cada uno elige las maneras de cómo prepararse para vivirla y enfrentar las vicisitudes propias que enfrentamos un dia si y otro también, en la búsqueda de estar mejor y alivianar la carga, el peso de los faltantes que siempre tenemos.

La necesidad hace al hombre y claro que a la mujer por igual cuando han de necesitar cualquier cosa se material o inmaterial, porque también hay necesidades emocionales que deben de satisfacerse a cabalidad para vivir en tranquilidad consigo mismo y con los demás. Necesidades todas, espirituales como materiales para lograr una paz interna y una seguridad que brinda el tener lo necesario para vivir y no preocuparse por ello.

En tal sentido propiciamos nuestras propias solvencias según las necesidades que se nos presentan y por otra parte pensemos que los que dependen de nosotros darle todo cuando es niño, joven y a veces adulto es echar a perder su iniciativa de buscar y hacer por sí mismo por la vida. Una actividad permanente en la búsqueda de la oportunidad para vivir bien es una noble actitud válida, pero por símismo, por su propio trabajo y esfuerzo, tenacidad y su propia condición y voluntad de si hacer lo que se proponga.

No claudicar pues mucho de las personas que nos han liderado en la vida, nos permitieron crecer, en la necesidad si, pero crecer, pues se nos abrieron las puertas para nuevas oportunidades, también nos reconocieron y premiaron una vez que salvamos las necesidades entendidas y aplicadas, ello nos inspira para avanzar y entendemos que nuestro trabajo es importante y así defendemos cuando es importantenuestro trabajo, profesión u oficio.

La necesidad forja el carácter en las personas siempre, pues cuando hace hambre, frio, sol, calor, lluvia, y cualquier inclemencia del tiempo hace que se afronte con valor y resignación, pero se aprende y se forja el espíritu ante esas adversidades, nos ayuda a sentir que la vida es difícil en ocasiones y que sin embargo salimos delante de frente y valoramos esos momentos difíciles.

No significa que quienes no tengan necesidad no hayan sufrido en el haber forjado su vida, siempre hay algún elemento que falta y que se necesita y ello hace que crezcan como mejores personas, todos en definitiva hemos padecido alguna necesidad, que bien manejada y salvada la situación nos fortalece en muchos aspectos de la vida, se entiende así el dicho “sufrir para merecer” y mire usted que ejemplos de buenas personas los hay por miles que han dejado un legado sobre el tema.

Demos al mal tiempo buena cara, tengamos una actitud proactiva y asertiva, entendamos que vida solo hay una y merecemos disfrutarla, de cada uno de nosotros dependerá el cómo, pero algo es cierto: nada es para siempre, ni el dolor ni la felicidad perduran. Y como siempre hacer lo posible dentro de lo deseable.

Por Juan Carlos Hernández A.

Hace unos días por la mañana antes de las 8 horas, vi una mujer de complexión de niña adolescente dormida, debajo de un recoveco de una casa con todo y su cobija profundamente dormida, solo de pasada al verle me causo lástima de ver la pobreza en que este país tiene por desgracia a gente en la calle viviendo de la caridad que las persona les da para mal vivir, quizá sobrevivir a la buena de Dios, con todas las dificultades que ello implica. No era una niña de mal atuendo no estaba sucia como el común denominador que siempre vemos. Pero descansaba igual de un día anterior de solicitar lo que sea para comer. Triste realidad.

Ello no solo es problema de educación, de cultura o de pobreza, es uno de los que ya vemos con tanta normalidad, pues convivimos con gente que hace de su “hogar” la calle literal todo hace en la vía pública, todo es todo. Un México de siempre, solo esperemos que no para siempre.

No se trata de juzgar a nadie, sino de hacer una reflexión y ver cómo hemos estado inmersos en ello sin que nos mueva a hacer algo, siquiera lo básico, en este mar de violencia, despropósitos, fracasos, mentiras, crisis y desmotivación, y usted agréguele sus motivaciones; sentir que hay un mundo sensible será lo ideal para quienes necesitan de la bondad, el amor, la comprensión, aceptación, ayuda y acercamiento quizá a un poco de compañía. Pero al parecer no tenemos esa garantía de dar al prójimo un poco de nosotros mismos, quizá sea la apatía, la no sensibilidad de saber del sufrimiento ajeno.

Buscar las causas de la desgracia ajena es muy poco probable que nos interese como tal. Es más fácil el disimulo y quedarnos con un pensamiento de que “esa gente cómo ha de sufrir” el punto aquí es preguntar quién hace por evadir la ayuda y quién hace por ayudar. Bueno ha de haber de seguro instituciones que harán lo posible por localizar personas en esa condición; que sin embargo hay que reconocer que varias personas padecen algún trastorno mental y no saben entender ninguna recomendación para entrar a un albergue que les brinde el servicio que necesitan para una mejor vida, ya no digamos calidad de vida, sino solo vivir lo mejor posible.

Cuanta pobreza y cuanta indigencia, cuanta necesidad, pero también ignorancia, por no saber o no querer ayudar en todo sentido a estas personas. Ojalá no crezca el problema actual, esperamos no ver por estos tiempos inclementes de frío y lluvia a más personas en esa condición sufriendo por ahí en las calles de la metrópoli incluyendo a los municipios del interior, pues también los hay.

Los datos de pobreza en el país no son halagadores, pues no decrecen año tras año, sino más bien van al alza. Qué esta pasado, es la pregunta clave que hacer. No hay respuestas ciertas a priori, pues habría que revisar variables tan diferentes entre un año y otro, con los sectores que intervienen para propiciar las oportunidades laborales. Empero, la situación actual esperemos remonte para los más necesitados y existan las condiciones de empleo, de atención y sobre todo de estrategias para resolver desde lo local la indigencia de gente desamparada, personas que merecen una condición de vida, solo eso vida. Sea pues. Y como siempre usted como yo  hacer lo posible dentro de lo deseable.

Gabriela Godínez García 

El pasado 2 de junio, los mexicanos acudimos a las urnas para elegir a los representantes de nuestro país como Presidente de la República, Senadores, Diputados locales y federales, así como ayuntamientos; sin embargo se ha cuestionado la actuación de las autoridades electorales en este caso el Instituto Nacional Electoral a nivel Federal (INE) y el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) del Estado de Jalisco, en el caso de la entidad local.

Han sido muchos los cuestionamientos a esta elección, la cual ha sido la más grande de la historia, donde hubo una gran participación, aunque la apatía como en cada elección estuvo presente en muchos miles de ciudadanos que prefirieron estar en la comodidad de su casa que acudir a decidir quiénes serán nuestros próximos gobernantes, o simplemente decidieron acudir a votar para anular la boleta electoral, incluso colocar en la casilla en blanco el nombre de algún candidato no registrado.

El proceso electoral inició el pasado año, en el que las autoridades electorales llevaron a cabo un arduo trabajo para el desarrollo del mismo, donde se contrataron a ciudadanos que fungirían como Supervisores y Capacitadores Asistentes Electorales, quienes a su vez buscaron a otros ciudadanos, quienes dijeron sí a su responsabilidad democrática de cuidar el voto como funcionarios de casilla.

Fueron meses en que los candidatos a través de diversas estrategias, realizaron una campaña para atraer con ello a los votantes y que fueran una buena opción para ser electos el pasado 2 de junio. Posterior a esa fecha se llevó a cabo un conteo rápido dando los resultados que hasta ese momento se tenían en los que se le dio el triunfo a nivel Federal a Claudia Sheinbaum y en el Estado de Jalisco a Pablo Lemus.

Periodistas y comunicadores han centrado sus columnas y diversos espacios a la elección de estos importantes cargos, sin embargo no se ha tomado en cuenta lo que realmente es importante y que la ciudadanía tenía que razonar un poco más en la elección: el Congreso de La Unión.

En la votación que se dio para la integración del Congreso de la Unión, que lo conforman Senadores y Diputados Federales, la mayoría la obtuvo el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), así como los partidos que participaron en coalición con éste, mismos que llevaron al triunfo a quién será la próxima Presidente de México.

A continuación explico el título de esta columna, «la democracia se perdió y no por la elección», es porque la próxima Legislatura Federal será quien apruebe modificaciones a diversas leyes propuestas por el actual Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en las cuales se pretende eliminar al Instituto Nacional Electoral (INE), a los organismos públicos locales, así como los tribunales electorales y crear un nuevo organismo que se haga cargo de todo el proceso electoral, tal como se hacía anteriormente cuando era el propio gobierno el encargado de los procesos electorales.

Además se pretende eliminar las diputaciones plurinominales, que en un momento se puede decir que es buena idea, pues disminuiría el presupuesto que se destina en dichos legisladores, sin embargo estos crean contrapesos para que cada ley o reforma sea en beneficio de la sociedad y no de los partidos políticos o caprichos.

Será en los próximos meses cuando se vea si estas iniciativas son aprobadas y si esta fue la última elección en las que autoridades electorales del INE y del IEPC, en conjunto con miles de ciudadanos, realizan un proceso electoral en los que todos somos parte de una forma o otra, incluso puede ser la última vez en que se critique o aplauda su trabajo.

Aún faltan algunos días para el término del proceso electoral, algunos actores políticos podrán impugnar la votación en la que participaron ante los tribunales electorales y serán estos, quienes determinen si los resultados les fueron favorables o no.

Por lo pronto la ciudadanía participó y acudió a tomar una decisión que en los próximos días, meses y años, se verá si fue la mejor o no.